Existen además, diversos factores ambientales y comportamentales que pueden colaborar en el proceso de degradación o, al contrario, reforzar los mecanismos de defensa:
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los fumadores, debido a la inhalación permanente de radicales libres de oxígeno, pueden presentar ciertas manifestaciones de envejecimiento prematuro y un incremento en la frecuencia de
patologías asociadas al envejecimiento, como las cataratas;
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la exposición repetida a la luz UV puede provocar un envejecimiento prematuro de la piel, por las mismas razones;
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la restricción calórica, iniciada en cualquier momento de la vida, mejora la mayor parte de los parámetros biológicos e incrementa la longevidad; sin embargo, si la restricción calórica
es extrema, como ocurre en la anorexia, se produce una disminución de la fertilidad (lo que evidencia de nuevo la relación entre envejecimiento, equilibrio energético y reproducción);
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una dieta equilibrada, rica en fibras y vegetales, que presentan antioxidantes naturales, produce también un efecto positivo sobre el mantenimiento de las funciones celulares.